Pierre-Paul Riquet
El proyecto de unir el océano Atlántico con el Mediterráneo ya fue contemplado en época romana, pero no fue hasta 1618 que se presentó un proyecto que llevaría a su construcción. El hombre detrás de esta maravilla de la ingeniería fue un recaudador de impuestos llamado Pierre-Paul Riquet. Pierre-Paul Riquet se había visto obligado a recorrer el territorio por una red vial en estado ruinoso, así que se dio cuenta de la barrera que suponía para el desarrollo comercial de la región del Languedoc.
El plan para la construcción del Canal Royal des Deux Mers de Pierre-Paul Riquet se presentó en 1663 a Jean-Baptiste Colbert, ministro del rey Luis XIV, quien inicialmente ridiculizaría la idea de Riquet. Sin embargo, el rey Luis XIV, deseoso de dejar obras grandiosas que enaltecieran su reino, depositó su confianza en Riquet y le otorgó su apoyo. A pesar de que en Versalles se burlaban del proyecto, financiaron un 40 % de su construcción.
Un poco de historia sobre el Canal Royal des Deux Mers
Las obras se iniciarían en 1667 y tardarían 14 años en completarse, empleando a cerca de 12.000 personas. La construcción de aquellos 240 km de canal, fueron un desafío en todos los aspectos: la búsqueda de financiación, la labor de los trabajadores y las soluciones técnicas requeridas. Fue necesario excavar, nivelar y adaptar el canal, a los accidentes geográficos del terreno, ¡a pico y pala!
Se plantaron alrededor de 34.000 árboles y en 1860 se plantaron 42.000 plataneros para dar consistencia a las riberas. También se garantizó el suministro de agua adecuado, especialmente durante el verano. Ese fue uno de los aspectos más delicados del proyecto, el de asegurar el abastecimiento de agua al canal.
Riquet, con un profundo conocimiento de las condiciones climáticas e hidrográficas de la región, decidió cavar un almacén de agua, conocido como el canal de derivación, en el valle del pequeño Laudot y la zona de Saint-Ferréol. Lo visitamos con Planeta Dunia en “Haute-Garonne: memoria viva del Canal du Midi”.
Este almacén de agua, creado mediante un imponente muro de 35 metros de altura, cubría una superficie de 67 hectáreas y almacenaba 6.300.000 metros cúbicos de agua. Esta hazaña fue considerada en la época como la octava maravilla del mundo.
Ingeniería hidráulica del siglo XVII
El trazado del Canal du Midi, desde Toulouse hasta el Mediterráneo, atravesaba el famoso paso de Naurouze, el punto más alto del recorrido. Esta zona de colinas bajas, que históricamente había sido una ruta clave entre el Mediterráneo y el Atlántico, limita al sur por los Pirineos y al norte por el macizo Central.
Además, se planificaron y diseñaron más de medio centenar de esclusas, la mayoría con forma ovoide que permite una mayor resistencia a la fuerza del agua. En algunos tramos de pendiente pronunciada y prolongada, fue necesario idear y construir escaleras para las esclusas.
El proceso de construcción del canal fue arduo y lleno de preocupaciones para Riquet, a quien apodaron el «Moisés de Languedoc». Sacrificó todo por su obra: su tiempo, su fortuna y finalmente su vida, ya que falleció en 1680 antes de ver finalizado el canal. Al año siguiente, el canal fue inundado, y las primeras barcazas procedentes de Toulouse pudieron navegar sin dificultad hasta el puente de Sète, a 240 kilómetros de distancia.
La importancia y el valor del Canal du Midi fueron reconocidos por el mariscal Vauban, quien inspeccionó el canal en 1686 y lo declaró «la obra más bella y noble de este tipo jamás construida». Posteriormente, se realizaron mejoras recomendadas por Vauban, como la construcción del túnel de Cammazes y los puentes-canales de la Cesse y el Orbiel, que contribuyeron aún más a la grandeza y funcionalidad del canal.
El principio y el fin del Canal du Midi
El Canal Royal des Deux Mers de Pierre-Paul Riquet fue bautizado con el nombre de Canal du Midi, tras la Revolución Francesa, y aseguró durante tres siglos el transporte de mercancías y vinos del Languedoc. Además de su utilidad para el transporte de mercancías, el canal también albergaba un servicio de barcos de correo para los viajeros entre Toulouse y Agde.
El viaje duraba cuatro días, con etapas bien organizadas, donde los viajeros podían descansar y cenar en posadas cercanas a las esclusas, que solían contar con caballerizas, e incluso pequeñas capillas. Veremos una de esas posadas en Le Somail. En 1856, la época de su mayor apogeo, por el Canal du Midi circulaban 100.000 toneladas de mercancías y un millón de pasajeros.
Un año después, con la construcción del ferrocarril, disminuyó paulatinamente la cifra de usuarios. Con un total de 126 puentes, 64 esclusas, 55 acueductos y 7 puentes-canales, el Canal du Midi es uno de los canales fluviales más antiguos de Europa en funcionamiento. En la actualidad, los barcos de recreo atraen alrededor de 55.000 visitantes anuales.
El Canal du Midi en la actualidad
Aunque las grandes barcazas de antaño ya no navegan por el canal, se está barajando la posibilidad de recuperar el transporte de mercancías. Algunas de aquellas últimas barcazas que recorrieron el Canal du Midi han sido convertidas en casas flotantes totalmente funcionales, pero también en restaurantes y alojamientos con encanto.
Además de los barcos de alquiler por días de las diferentes compañías, existe la posibilidad de subir a barcos que realizan pequeñas excursiones, permitiendo así de disfrutar de esta joya histórica que nos remonta a una época en la que las barcazas navegaban al ritmo de un caballo al paso.
Los caminos de sirga que utilizaban los caballos para arrastrar las embarcaciones sirven hoy en día para recorrer el Canal du Midi en bicicleta o a pie. Aunque hay que tener en cuenta la época del año en la que se quiera recorrer el canal, ya que a causa de un hongo microscópico llamado chancro colorado, se han talado 25.400 plataneros y hay tramos desolados, sin árboles, ni sombra.
El Canal du Midi no solo destaca por su funcionalidad, sino también por su belleza y arquitectura fluvial. Atravesado por sólidos puentes-canales y puentes de piedra, el canal constituye un magnífico complejo arquitectónico que no deja a nadie indiferente. En reconocimiento a su valor histórico y cultural, la UNESCO lo inscribió en 1996 como Patrimonio de la Humanidad.
Algunas paradas del Canal du Midi, entre Castelnaudary y Port Cassafières
Castelnaudary
Comenzamos este crucero fluvial de diez días por el Canal du Midi en el Grand Bassin de Castelnaudary; el antiguo puerto donde fue inaugurado el 24 de mayo de 1681 el Canal du Midi. Aquí se encuentra una de las oficinas de la compañía Le Boat que nos ha prestado el barco para vivir la experiencia de primera mano.
Iniciamos nuestro crucero fluvial atravesando una primera esclusa cuádruple. La Esclusa de Saint Roch construida en 1678, que permite superar un desnivel de casi 10 metros a través de 4 estanques. Recibe el nombre de San Roque por la capilla del mismo nombre construida en el siglo XVI y que cuidaba de los leprosos.
Trèbes
Trèbes es un pequeño pueblo ubicado a orillas del Canal du Midi y permite realizar una parada de avituallamiento para los que realizan un crucero fluvial. Con su atmósfera tranquila y un variado número de bares y restaurantes, Trèbes ofrece también la posibilidad de vivir una experiencia gastronómica.
En Trèbes descubrirás rincones encantadores alrededor del canal y su puerto es una parada perfecta que permite toda clase de recargas para continuar navegando. Las esclusas de Trèbes son testigos silenciosos del paso constante de barcos y junto a su molino de harina agregan un encanto adicional al viaje.
Homps
Frente al puerto de Le Boat de Homps se extiende el centro histórico de Homps. Tras cruzar la pasarela nos encontramos en el Quai des Tonneliers donde iniciamos el recorrido con la visita a la Maison du port en Minervois. Instalada en el edificio de capitanía, el lugar también permite conocer y degustar los vinos de Minervois.
Si seguimos por la Rue du Port y giramos a la izquierda por la Avenue de Carcassonne encontraremos la Capilla de San Miguel. Esta capilla románica del siglo XI se asienta sobre una capilla anterior dedicada a San Esteban y que fue destruida por los visigodos alrededor del siglo V. Nos devolvemos algunos pasos hasta la Église que luce un campanario de 32 metros de altura. Abierta al culto en 1883 bajo la advocación de San Esteban.
Después podemos callejear hasta encontrar la Torre de los Caballeros situada en la Rue des Chevaliers. Aquí se encontraba la Comandancia de Hospitalarios de San Juan de Jerusalén; una de las más antiguas, fundada en 1123. Estuvo ocupada por los Caballeros de Malta hasta 1789.
Los amantes de la naturaleza, los espacios abiertos, la pesca y deportes acuáticos encontrarán en la laguna de Homps y en el lago de Jouarres, un lugar para practicar vela, windsurf, pescar o nadar junto a la Playa Côté Olonzac.
Paraza
Dicen que el Château de Paraza es uno de los castillos más bonitos del Canal du Midi. Rodeado de viñedos, este icónico lugar construido en el siglo XVII, sirvió de residencia al ingeniero Pierre-Paul Riquet durante la construcción del canal. Desde 2005, la familia Danglas elabora su propio vino con pasión y respeto al medioambiente. Realizan catas de vino gratuitas y de pago con visita al viñedo.
Ventenac-en-Minervois
En Ventenac-en-Minervois se encuentra el Château de Ventenac, un modelo de “Folies” vinícolas del Languedoc, de estilo neomedieval. La cava de vinificación fue construida en 1880 por la familia Seguy, sobre los restos de un castillo medieval. Destaca la torre en el lateral derecho de la fachada, a la que se puede acceder desde el interior, por una escalera de caracol, para disfrutar de unas inmejorables vistas al Canal du Midi y los viñedos que se extienden en el horizonte.
La visita además permite conocer la vida y el trabajo en la viña desde hace más de un siglo. En su pequeño museo se exhibe utensilios y máquinas utilizados para el cultivo de la vid y la elaboración de vino. Por último, vale la pena hacer una degustación de vinos de esta cava cooperativa que elabora alrededor de 8.000 hectolitros anuales. Nos enamoramos del vino blanco Viognier y la receta ancestral del Cartagène.
Frente al Château de Ventenac, amarrada a orillas del Canal du Midi, se encuentra uno de los barcos mercantes más antiguos del Canal du Midi. Llamada Marie-Thérèse, la barcaza fue construida en Toulouse en 1855 y transportó barriles de vino por el canal hasta 1960.
Le Somail
Una de las postales más hermosas del Canal du Midi se encuentra en Le Somail. Un encantador pueblo ubicado a lo largo del Canal du Midi, parada imprescindible. El pueblo ha conservado su encanto histórico con sus calles empedradas, edificios de piedra y casas tradicionales. Uno de los aspectos más destacados de Le Somail es su puente de piedra que cruza el canal. Este hermoso puente es una joya arquitectónica y un lugar pintoresco para pasear y disfrutar de las hermosas vistas.
La librería de libros de segunda mano en Le Somail es un lugar emblemático que atrae a los visitantes por su extensa colección de libros antiguos de diferentes géneros y épocas. Los amantes de la lectura pueden pasar horas explorando los tesoros literarios que se encuentran en este lugar, descubriendo ediciones raras, primeras ediciones y libros descatalogados.
Le Somail es un lugar que te transporta a otra época, ideal para escapar del bullicio de la ciudad. Conserva una antigua casa de postas y un depósito de hielo que te llevarán de inmediato a un viaje en el tiempo, cuando los viajeros del Canal du Midi hacían noche, después de cuatro días de haber salido de Toulouse.
Túnel de Malpas
El Túnel de Malpas fue el primer túnel navegable del mundo. Fue construido gracias al ingenio de Pierre-Paul Riquet en el siglo XVII. En realidad, está formado por una superposición de túneles, que se extienden bajo la Via Domitia.
Bajo el Túnel del Malpas cruza una vía ferroviaria aún en uso y bajo ésta, una galería de drenaje del Étang de Montady. Esta marisma fue drenada entre 1250 y 1270. Es posible detenerse a cierta distancia y pasear por el interior de esta espectacular obra de ingeniería.
Béziers
Béziers, la ciudad natal del constructor del Canal du Midi, Pierre-Paul Riquet, fue la capital de los viñedos del Languedoc en el siglo XIX. Aquí se encuentra una destacada obra de ingeniería que forma parte del Canal du Midi: el Puente Canal de Béziers, también conocido como el Puente Canal de l’Orb. De su mayor época de esplendor, Béziers conserva una serie de bellas mansiones privadas y un impresionante legado artístico de esculturas y mausoleos es su cementerio. Pero Béziers también es un paseo por la Edad Media y su pasado romano que te invitamos a descubrir en: Béziers en un carrete de 36 fotografías.
Port Cassafières
El Port Cassafières es la parada final de nuestro inolvidable crucero por el Canal du Midi. Situado en la localidad de Portiragnes, este puerto fluvial lleno de embarcaciones en alquiler, permite la entrega del barco en la base de Le Boat y la recogida de nuestro coche para regresar a casa.
Puedes seguir leyendo sobre este viaje por el Canal du Midi en Planeta Dunia:
Una semana navegando por el Canal du Midi.
Escucha nuestro podcast del crucero por el Canal du Midi.
O mira nuestro vídeo del Canal du Midi, en este enlace.
¿Tienes Canas de viaje? Nuestro próximo destino: La Casa de Colón.
Documentación y redacción realizada por Ana Isabel Escriche. Fotografía, realización de vídeo y postproducción realizado por Ángel Bigorra.