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Lugares bíblicos al sur de Israel en un carrete de 24 fotografías

Lugares bíblicos al sur de Israel en un carrete de 24 fotografías recorre un territorio donde se dan cita fieles de creencias distintas. Para muchos, el motivo para visitar Tierra Santa es la vinculación directa con los sucesos explicados en la Biblia. Independientemente de las creencias de cada uno, lo cierto es que hemos basado nuestra cultura occidental y cristiana en historias o hechos que ocurrieron en Israel hace miles de años.

Este es el recorrido bíblico al sur de Israel que te invitamos descubrir:

El Mar Muerto

El lugar más bajo de la tierra se encuentra en el Mar Muerto, exactamente a 423 metros bajo el nivel del mar. Su agua es 8 veces más salada que el agua de cualquier otro mar, lo que permite flotar fácilmente y no hundirte. Así que una de las actividades únicas que puedes hacer en Israel es flotar en el Mar Muerto.

Y Jehová habló a Moisés, diciendo: «La frontera sur limitará con el desierto de Sin y el territorio de Edom. Partiendo del este, la frontera comenzará en el extremo sur del Mar Muerto». (Biblia Reina-Valera 1909. Números 34:3)

El barro del Mar Muerto, rico en sustancias minerales, tiene propiedades curativas y beneficios para el cuidado de la piel conocidos desde la Reina de Saba y la Reina Cleopatra. Es por ese motivo que un gran número de centros hoteleros y balnearios ofrecen al visitante que llega a Israel, estancias con tratamientos de belleza.

Ein Gedi

«Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le avisaron: «David está en el desierto de En-gadi». (I Samuel, 24:1).

El agua mineral natural brota en Ein Gedi a pesar de encontrarse en un lugar desértico. Éste fue el lugar donde se escondió David con un escuadrón de 200 guerreros. Le perseguía su envidioso suegro y primer rey de Israel; Saúl. David había matado a Goliat y su fama fue creciendo igual que los celos de Saúl que trató de matarlo en diversas ocasiones.

«Mi amado se parece a un racimo de flores de alheña de las viñas de En-guedi» (Cantares 1:14).

David se convirtió en el segundo monarca legítimo del Reino de Israel. Aquel escondrijo fue mencionado más tarde, en el Cantar de los Cantares, convertido en un increíble oasis donde se cultivaban vides. Desde el siglo pasado, Ein Gedi ha vuelto con fuerza renovada, convirtiéndose en un remanso de paz con propiedades terapéuticas.

Sodoma y Gomorra

Todos hemos oído hablar de Sodoma y Gomorra, las dos ciudades que fueron destruidas por una lluvia de fuego y azufre enviada por Dios. Situadas ambas junto al Mar Muerto, en una llanura frente al valle del Jordán, hoy son “visitables” gracias a las excursiones en jeep que te llevan hasta el Desierto de Judea; un paraje inhóspito donde quizás puedas encontrar a la mujer de Lot convertida en estatua de sal.

Masada

En la cumbre de una montaña en mitad de la nada fue construida la fortaleza de Masada. Aquí tuvo lugar la primera guerra judeo-romana, considerada por los nacionalistas judíos uno de los episodios más orgullosos de la identidad cultural judía. El asedio de Masada tuvo lugar en el año 73 d. C. y pasó a los anales de la historia de Israel por el suicidio colectivo de sus 960 habitantes.

En Masada se encontraba el Palacio de Herodes; una lujosa villa construida alrededor del año 40 a. C. En la actualidad pueden verse restos de edificios, almacenes, viviendas y de un baño ritual. Los restos de los campamentos romanos y murallas de Masada, realizados durante el asedio de Flavio Silva, son las mejores y más completas muestras de asedio romanas que se han conservado hasta nuestros días.

Antes de subir al teleférico que accede al recinto arqueológico de Masada te recomiendo visitar su museo. A modo de centro de interpretación, el Museo de Masada explica cómo era la vida diaria en la ciudad de Herodes y cómo transcurrió el asedio. Además, se exhiben las piezas encontradas durante las excavaciones arqueológicas. En el año 2001, Masada fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El desierto del Neguev

El árido paisaje del desierto del Neguev esconde en sus 13.000 km², aunque parezca mentira, un acceso al Mar Rojo por Eilat. Las altas temperaturas, la arena y la erosión del viento lo han convertido en un lugar inhóspito, a la par que sorprendente. Cañones con grandes desfiladeros que parecen una cicatriz de la madre tierra atraviesan este lugar.

El Señor le dijo a Abraham: «Desde el lugar donde estás, mira bien al norte y al sur, al este y al oeste». (Génesis 13:14)

En el Neguev se encuentra el mayor cráter del mundo que no ha sido provocado por la caída de un meteorito o una erupción volcánica. Conocido como makhtesh, se trata en realidad de un circo natural de piedra caliza y arenisca erosionada de unos 220 millones de años de antigüedad. 

El enorme orificio tallado por la erosión, llamado Cráter Ramon, tiene 450 metros de profundidad y mide más de 38 Km. de largo y unos 6 Km. de ancho. Su colorido paisaje de diferentes rocas esconde un importante tesoro en fósiles y minerales.

«La parte que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá, conforme a sus familias, llegaba hasta la frontera de Edom, y tenía el desierto de Zin, al sur, como su extremo meridional». (Josué 15:1)

Eilat

En el Golfo de Áqaba o Golfo de Eilat acamparon los Hijos de Israel tras su Éxodo de Egipto. Liberados por Moisés y guiados en masa hacia la Tierra prometida, en la jornada número 35 los israelís salieron de Abrona y acamparon en Ezión-geber y al día siguiente lo hicieron en el desierto de Zin de camino a Canaán.

«Hizo también el rey Salomón naves en Ezión-geber, que está junto a Elot en la ribera del Mar Rojo, en la tierra de Edom». (1 Reyes 9:26).

En estas aguas se encontraba el puerto donde zarpaban los barcos del rey Salomón con destino a Ofir. Un lugar lleno de riquezas donde se suministraba abundantes cargamentos de oro y plata como para cubrir edificios enteros. Además de animales exóticos, piedras preciosas y sándalo.

Parque del Valle de Timna

En la actualidad, Eilat es una ciudad moderna con numerosos atractivos como el Parque del Valle de Timna. El sitio arqueológico muestra la mina de cobre más antigua del mundo explotada desde el año 3500 a.C. Timna suministró lingotes de este material a los faraones egipcios entre los años 1550 y 1186 a.C.

La explotación de cobre permanecería durante el periodo bíblico. Algunos estudiosos creen que se tratan de las minas del Rey Salomón que permitieron al monarca dotar a su pueblo de armas y herramientas en abundancia.

«El hierro se libera del suelo y la roca fundida obtiene cobre». (Job 28-2)

Las cabras salvajes se esconden detrás de la poca vegetación de acacias que se asoman a estos acantilados bíblicos. La erosión caprichosa de la arena y el viento han creado los Pilares del Rey Salomón o las caprichosas formaciones geológicas que pueden verse decorando el árido paisaje.

El Mar Rojo

Tras tanto desierto, aridez y desolación, uno se alegra cuando se llega al Mar Rojo. Un lugar increíble donde se puede disfrutar de numerosas actividades acuáticas como, por ejemplo: nadar con delfines.

«Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda». (Éxodo 14:21-22)

Efectivamente, uno de los pasajes de la Biblia más impresionantes ocurrió en el Mar Rojo. Pero no temáis porque hoy sus aguas acogen uno de los lugares de moda para practicar el buceo. Para los que no quieren perder la tierra bajo sus pies, existen varios lugares dedicados a la observación y conservación de la flora y de los animales marinos.

¿Tienes Canas de viaje? Nuestro próximo destino: Escapada gourmand a Friburgo.

Documentación y redacción de Ana Isabel Escriche. Fotografía, realización de vídeo y postproducción de Ángel Bigorra.

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