Lisboa no se descubre, se vive. La capital portuguesa, segunda más antigua de Europa, no solo impresiona por sus monumentos ni por su vibrante vida cultural, sino por su luz única, esa que tiñe los azulejos, se refleja en el Tajo y envuelve cada rincón de sus barrios. En este articulo te llevamos por un recorrido de 72 horas por Lisboa: luz, historia y arte en la ciudad blanca en un carrete de 36 fotografías llenas de experiencias inolvidables, con propuestas que equilibran historia, arquitectura, arte contemporáneo, tradición culinaria y nuevas tendencias. Prepárate para enamorarte de Lisboa.

MACAM: Lisboa que piensa en arte

Hay lugares donde la belleza se contempla, y otros donde se provoca. El MACAM, ubicado en el restaurado Palácio Condes da Ribeira Grande, es ambos. En este museo, el arte contemporáneo portugués e internacional dialoga con la arquitectura barroca de un edificio del siglo XVII revestido ahora con azulejos tridimensionales. Lisboa aquí no se conserva: se reinventa.

Una colección privada hecha pública
Durante más de cincuenta años, el coleccionista Armando Martins reunió obras que hoy habitan las salas del MACAM. Artistas como Vieira da Silva, Júlio Pomar, Paula Rego, Helena Almeida y Almada Negreiros conviven con creadores internacionales como Marina Abramović, Olafur Eliasson, Thomas Ruff, John Baldessari, Rirkrit Tiravanija y Vik Muniz.

La exposición permanente, Una colección de dos tiempos, recorre emociones, materiales y preguntas. Las temporales, como El Antropoceno y Guerra: realidad, mito y ficción, abren debates sobre el mundo que habitamos.

Arte que se eleva
En la capilla desacralizada del palacio, el visitante encuentra piezas como el Cristo flotante de Carlos Aires, compuesto por pantallas LED. Las salas invitan al pensamiento, al asombro y al silencio activo.
Tuk-tuk por Lisboa para descubrir una Lisboa que se pinta a sí misma: ruta urbana entre muros que hablan

Es toda una experiencia subir a un tuk-tuk en Lisboa y recorre rcalles estrechas y empinadas que pocos turistas conocen. Desde la Alfama al Bairro Alto, pasa por miradores, pequeños cafés y fachadas llenas de historia. Las imágenes ideales serán dinámicas, capturando el movimiento, el entorno, y el encanto pintoresco de los barrios.

Hay ciudades que se adornan y otras que se expresan. Lisboa pertenece al segundo grupo. En sus muros, fachadas, escaleras y patios se despliega una ruta alternativa donde el arte urbano transforma el cemento en mensaje. Desde Alfama hasta Alcântara, pasando por Graça, Intendente y Sacavém, el grafiti en Lisboa no es solo forma: es voz, crítica, memoria y esperanza.
Museo Calouste Gulbenkian: belleza coleccionada en Lisboa

En medio de jardines silenciosos y senderos geométricos, se oculta una de las colecciones más refinadas del arte mundial. El Museo Calouste Gulbenkian, legado de un magnate petrolero con alma de humanista, alberga más de 6.000 piezas que narran civilizaciones, estilos y genios creativos. Aquí, el arte no se exhibe: se respira.

Antes de su cierre temporal en 2026, debemos aprovechar para visitar el Museo Gulbenkian, cuya colección atraviesa milenios: desde arte egipcio hasta impresionismo. Sus jardines, ideales para el descanso y la contemplación, merecen varias fotografías: estanques, esculturas al aire libre y caminos sinuosos entre verdes profundos.

Fundado en 1969 por deseo de Calouste Sarkis Gulbenkian, este museo es una carta de amor a la estética, el equilibrio y la multiculturalidad. Desde sus años finales en Lisboa, Gulbenkian dejó escrita la voluntad de reunir en esta ciudad su tesoro artístico. Hoy, el museo —gestionado por la Fundación Gulbenkian— combina exposición, reflexión y armonía con la naturaleza.
Dos colecciones, un universo artístico
1. Colección del Fundador Dividida en dos circuitos complementarios, la colección ofrece un viaje por:
Arte antiguo y oriental: Egipto, Mesopotamia, Grecia, Roma, Armenia, Persia, China y Japón. Manuscritos iluminados, cerámicas, marfiles y encuadernaciones doradas.

Arte europeo (siglos X al XIX): Pinturas de Rembrandt, Monet, Degas, Manet, Rubens, Turner, Renoir, esculturas de Rodin, muebles franceses de época, y una inigualable colección de joyería art nouveau de René Lalique, donde cristal y oro se convierten en poesía.

2. Colección Moderna
Más de 10.000 obras del arte portugués contemporáneo, con diálogo constante entre tradición e innovación. El Centro de Arte Moderno acoge exposiciones temáticas, una biblioteca de arte y un auditorio al aire libre.

Jardines que acompañan al arte
El museo está rodeado por los Jardines Gulbenkian, diseñados por Gonçalo Ribeiro Telles como extensión del pensamiento estético del fundador. Estanques silenciosos, senderos cruzados por esculturas, bancos ocultos bajo árboles —un espacio para que el arte repose en la memoria del visitante.
Maria da Mouraria: Un secreto entre las sombras del Fado

Mouraria es mucho más que un barrio: es el alma antigua de Lisboa. Fundado tras la reconquista cristiana en 1147, fue el refugio de los moriscos que permanecieron en la ciudad. Desde entonces, sus callejuelas han sido testigo de siglos de mestizaje cultural, resistencia popular y expresión artística.

Hoy, Mouraria es un mosaico de más de 50 nacionalidades, pero conserva intacta su esencia lisboeta. Aquí nació Maria Severa, la primera gran fadista, cuya voz melancólica sedujo a la aristocracia y llevó el Fado desde las tabernas hasta los salones nobles. También vivió Fernando Maurício, el llamado “Rey del Fado de Mouraria”, y creció Mariza, la voz más internacional del Fado contemporáneo.

En pleno Largo da Severa, uno de esos rincones escondidos que definen la esencia de Mouraria, se encuentra Maria da Mouraria. Es un lugar que merece ser descubierto por quienes buscan sentir el latido profundo de Lisboa. Porque Mouraria no es solo un barrio: es una colección de pequeñas plazas, esquinas silenciosas y espacios que parecen reservados para los que saben mirar. Es un mapa de secretos, y este restaurante es uno de los más encantadores—pequeño, sí, pero conocido por muchos.
El local es íntimo, tan reducido que hay que mover sillas para dejar sitio a los artistas. Las paredes, pobladas de retratos y recuerdos de Severa, se visten con detalles que narran la historia de Lisboa sin necesidad de palabras.

A lo largo de la noche, los cantantes se turnan en un espectáculo que se siente casi confesional: voces melancólicas y cercanas, que se deslizan por el aire como suspiros. Y los músicos, ¡qué joya! La guitarra portuguesa, con su timbre envolvente, se convierte por momentos en la verdadera protagonista, dejando una marca indeleble en los corazones de quienes escuchan.
Salimos de Maria da Mouraria con el alma tocada. No tanto por la comida—correcta pero sin pretensiones—sino por esa noche de Fado que, más que vivida, se sintió.
El Acueducto de las Aguas Libres: piedra que dio de beber a Lisboa

Hay obras que cruzan ciudades, y otras que cruzan siglos. El Acueducto de las Aguas Libres, inaugurado en 1748 por orden del rey João V, fue la solución al problema más esencial: llevar agua a una Lisboa que crecía, pero se secaba. Con sus 58 kilómetros de longitud, es un monumento de ingeniería barroca que transformó la vida urbana y se alzó como símbolo de progreso.

En su tramo más espectacular, sobre el valle de Alcântara, el acueducto despliega 35 arcos de piedra, siendo el mayor —de estilo ojival— el más alto del mundo: 65 metros, sin necesidad de argamasa. Es belleza funcional, gravedad desafiante, arquitectura espiritual.

Resistente al terremoto de 1755, venerado por los ingenieros y temido por los supersticiosos, el acueducto es también leyenda. En el siglo XIX, fue escenario de los crímenes de Diogo Alves, quien arrojaba a sus víctimas desde lo alto. Su cabeza, conservada en formol, aún puede verse en la Facultad de Medicina de Lisboa, como parte oscura de la historia.
Caminar sobre el agua (sin mojarse)
Hoy, el acueducto puede recorrerse a pie mediante visitas guiadas desde el Museo del Agua, donde se explica el sistema hidráulico de la ciudad. El paseo permite ver Lisboa desde arriba, cruzar entre arcos, sentir el vacío con seguridad y contemplar la ciudad que se nutrió gracias a esta obra.

En su extremo oriental se encuentra la Mãe d’Água das Amoreiras, un antiguo depósito de agua con bóvedas serenas, espejos líquidos y una arquitectura sobria que invita al silencio.
Mãe d’Água das Amoreiras: el templo líquido de Lisboa

En el corazón del Jardim das Amoreiras, donde los árboles susurran historias y el acueducto se despide de la ciudad, se alza el Mãe d’Água das Amoreiras. Este monumental depósito, diseñado en 1746 por el arquitecto húngaro Carlos Mardel y finalizado en 1834, fue el punto de llegada del Acueducto de las Aguas Libres, que abasteció a Lisboa durante siglos.

Al entrar, el visitante se encuentra con un espacio que recuerda a una iglesia desacralizada: bóvedas de piedra, columnas robustas, y un tanque de 7,5 metros de profundidad que refleja la luz como un espejo líquido. Desde la boca de un delfín de piedra, el agua fluye sobre una cascada construida con rocas traídas desde las fuentes del acueducto en Sintra. Es arquitectura hidráulica convertida en arte.

En la parte superior, el terrazo panorámico ofrece vistas sorprendentes de Lisboa, desde el Parque de Monsanto hasta el Castillo de San Jorge, pasando por tejados, torres y jardines. Es un lugar para contemplar, respirar y entender cómo el agua moldeó la ciudad.
Arte inmersivo en un espacio monumental

Hoy, el Mãe d’Água acoge la Immersivus Gallery Lisboa, con exposiciones digitales que proyectan obras de Monet, Klimt, Van Gogh y otros artistas sobre las paredes y techos del depósito. La combinación de música, imagen y arquitectura crea una experiencia multisensorial que transforma el espacio en una catedral contemporánea.
Os dejamos un enlace donde Visit Lisboa os recomienda que hacer con la Lisboa Card de 72 horas
También te puede interesar
-
Lisboa: luz, historia y arte en la ciudad blanca en un carrete de 36 fotografías I
-
Saint-Bertrand-de-Comminges: Un Viaje a Través de la Historia en un carrete de 24 fotografías
-
Nuevo dosier de prensa en español de Les Landes 2024
-
Costa Norte de las Landas en un carrete de 36 fotografías
-
Vídeo descubriendo la costa norte y el interior de las Landas