Con la toma de Barcelona el 26 de enero de 1939 se inició el mayor éxodo civil de la historia de nuestro país. 500.000 hombres, mujeres, niños y niñas, la mayoría republicanos, abandonarán la España franquista para salvar sus vidas. Los más afortunados llevan una maleta o una bolsa con todas sus pertenencias, otros simplemente una manta.
Estos miles de personas, pondrán rumbo hacia la frontera con Francia por Le Perthus, Cerbère, Coll d’Ares o Bourg-Madame en uno de los inviernos más fríos que se recuerdan. La mayoría cruzan a pie con poco más que lo puesto, huyendo de una muerte segura.
En cuatro días, 30.000 refugiados cruzan la frontera de Le Perthus expulsados de Cataluña por la guerra. Son civiles, militares y oficiales de la República española que buscan refugio en Francia. Las mujeres, niños y niñas son separadas de los hombres.
Los heridos son llevados a Port Vendres donde hay barcos que funcionan como hospital. A todos los que han hecho el camino a través de los Pirineos, les espera en Francia la miseria, el frío, el dolor y el olor a muerte. Ninguno de ellos esperaba tal recibimiento en el país de la libertad.
A este exilio se le conocerá con el nombre de La Retirada y los Pirineos Orientales se convertirán en la primera línea de llegada de este exilio masivo. Con esta ruta de La Retirada recorremos los lugares más significativos de Collioure, Argelès-sur-Mer, Elne y Rivesaltes.
Coll dels Belitres
Las huellas y el recuerdo de esta marea humana sin esperanza, que lo habían perdido todo, azotados por el frío y el hambre, forma la ruta de La Retirada que resigue los puntos más importantes de este camino del exilio en territorio francés.
En el paso fronterizo del Coll dels Belitres se conserva un pequeño edificio de piedra donde aquel invierno de 1939 se desarmaban a los soldados republicanos, se registraban a los refugiados y se distribuían en improvisados campos de concentración.
Varios paneles con fotografías originales realizadas por Manuel Moros, entre el 5 y el 10 febrero de 1939, forman el Memorial del Exilio de Coll dels Belitres y muestran la huida de la población y algunos vehículos parados en la frontera.
Collioure
En Collioure murió el 22 de febrero de 1939 el escritor Antonio Machado, sus restos y los de su madre, que moriría tres días después, reposan en el cementerio de la ciudad. Su tumba se ha convertido en el símbolo del éxodo republicano español.
La que fuera residencia de los señores feudales del Rosellón y los reyes de Aragón y Mallorca, se convirtió durante la posguerra en una de las prisiones más abominables de la región. En el Castillo de Collioure se encerraron a los intelectuales, políticos y cabecillas republicanos.
Trabajos forzados, tortura, hambre y frío formaron parte de esta prisión silenciada por los medios y que permaneció oculta de la historia hasta hace unos años, cuando se dio a conocer este “centro especial de reagrupamiento”.
Una sala del castillo está dedicada a recordar esa triste parte de su historia, la del millar de hombres encarcelados, la mayoría republicanos, que las autoridades militares francesas mantuvieron incomunicados por considerarlos extremistas y peligrosos.
Fueron los oficiales españoles de la segunda brigada de caballería que estaban prisioneros en el castillo, los que llevarán el féretro de Antonio Machado al cementerio de Collioure, tapado con una bandera de la Segunda República.
En mayo de 1939, el campo especial de Collioure instalado en el castillo alcanza su mayor capacidad con 400 internados. En las vitrinas pueden verse algunos objetos recuperados de aquella época, así como varios paneles y fotografías antiguas que recuerdan este triste episodio de la historia.
Memorial de Argelès-sur-Mer
Argelès-sur-Mer es la población francesa de la ruta de La Retirada con más puntos visitables. El Memorial del Campo de Argelès-sur-Mer nos recuerdan una época en que los españoles fueron tratados y clasificados por la clase política como “Los Indeseables”.
El 12 de noviembre de 1938, antes de que ocurriera el exilio de los republicanos, un decreto ley promulgado por el ministro de Defensa Nacional y de Guerra francés, Édouard Daladier, permite la detención y el internamiento en “centros especiales” de “extranjeros indeseables”.
Tras la inesperada avalancha de exiliados españoles en enero de 1939, las autoridades francesas encerraron a los recién llegados en el único espacio amplio disponible: sus playas. Esos campamentos improvisados sobre la arena solo disponían de alambradas.
Aquel invierno de 1939, sin barracones, agua potable, alimentos, ropa de abrigo, fue devastador para los exiliados que murieron por las precarias condiciones de vida y la falta de higiene. Los pocos fotoperiodistas que tuvieron acceso al Campo de Argelès-sur-Mer, como Robert Capa, Paul Senn o Albert Belloch, dejaron testimonio del horror.
Campo de Argelès-sur-Mer
Al menos se levantaron unos quince campos de concentración a lo largo de la Côte Vermeille. Los hombres se enterraban en la arena para protegerse del frío. No fue hasta la primavera que los supervivientes empezaron a construir precarios refugios y barracones.
El Campo de Argelès-sur-Mer fue el primer campo habilitado de esa larga lista de alambradas y arena. Se ha contabilizado que entre febrero de 1939 y principios de 1942, 120.000 refugiados vivirán casi en la indigencia.
En 1939, junto al Campo de Argelès-sur-Mer también se levantará un cementerio. Será arrasado por una inundación en octubre de 1940. En la actualidad un monolito de piedra señala el lugar y muestra los nombres de algunas de las 400 personas que murieron en el campo de concentración.
Conocido con el nombre de Cementerio de los Españoles, en 1999 en este mismo espacio se plantó un árbol y se instaló un pequeño monolito dedicado a los niños y niñas menores de 10 años que también fallecieron en el Campo de Argelès-sur-Mer.
Aunque no queda nada del Campo de Argelès-sur-Mer, en 2009, con motivo del 70º aniversario de La Retirada, se colocó una placa señalizando donde acababa el final del Campo de Argelès-sur-Mer.
En el otro extremo, se encuentra el Monolito de la Memoria, levantado en 1999, en memoria de los republicanos españoles, en el punto donde se encontraba la puerta sur de entrada, del Campo de Argelès-sur-Mer.
En 2017, abrió sus puertas el Memorial del Campo de Argelès-sur-Mer, un espacio museístico que recuerda esta parte de nuestra historia. Varias salas muestran paneles explicativos, recortes de prensa y fotografías de La Retirada.
Elne
Una de las visitas imprescindibles de la ruta de La Retirada es la Maternidad Suiza de Elne. Un lugar convertido por una maestra suiza, Elisabeth Eisenbenz, en un refugio de vida y esperanza, lejos del horror y el sufrimiento del exilio de la guerra.
Situada en el Château d’en Bardou, una elegante mansión construida a principios del siglo XX, la improvisada maternidad vio nacer a 595 bebés de madres exiliadas por la guerra y que estaban prisioneras en los campos de concentración de los Pirineos Orientales.
Las embarazadas, agotadas física y mentalmente por las condiciones de vida en los campos, eran conducidas a la Maternidad de Elne un mes antes del parto y se les permitía estar un mes más después del alumbramiento. Aquí recibían ayuda para recuperarse y aprendían a cuidar de los bebés.
En las diferentes salas donde se encontraban la cocina, la lavandería, la sala de actividades, la sala de los recién nacidos, la sala de partos y los dormitorios se pueden ver algunas de las fotografías tomadas por la propia Elisabeth Eisenbenz de cómo era la vida en la maternidad.
Campo de Rivesaltes
Nuestra ruta de La Retirada acaba en el Memorial del Campo de Rivesaltes, donde se encontraba el principal campo de internamiento de Europa Occidental y uno de los que ha permanecido más tiempo funcionando con el mismo propósito.
Durante sus 40 años de historia y de forma ininterrumpida, en el Campo de Rivesaltes fueron internados hasta 60.000 personas entre familias republicanas españolas, judías, gitanos franceses, harkis (soldados argelinos que combatieron con los franceses en la guerra de Argelia), fusileros guineanos, malgaches o norvietnamitas.
Los primeros convoyes de personas llegarán al Campo de Rivesaltes el 14 de enero de 1941 y se distribuirán en 150 barracones divididos en siete manzanas. Los detenidos podían circular libremente entre los barracones de su manzana, pero en ningún caso ir a otra de las manzanas que tenía el campo de internamiento.
Un nuevo edificio, construido por el arquitecto Rudy Ricciotti y rodeado por las ruinas de los barracones, fue inaugurado en octubre del 2015 como espacio museístico para explicar la historia del Campo de Rivesaltes desde 1939 a 1977.
Memorial de Rivesaltes
Junto a los paneles explicativos, pequeños objetos recuerdan cronológicamente quién pasó por este campo y cómo se vivía. Mientras una selección de fotografías, muestran esa verdad que durante muchos años fue ocultada. Ha hecho falta ochenta años para que salga a la luz este pasado.
Grabaciones de algunos supervivientes dan testimonio de la dramática realidad del internamiento. Familias que huían de la guerra en sus países, gente desarraigada de sus raíces e invisibilizada por la sociedad. Aún hoy hay familias que no quieren hablar de esa parte de su historia.
La Retirada es la ruta de la memoria, para que recordemos lo que llevó a cientos de miles de personas a huir de su país, igual que ocurre ahora en cualquiera de las fronteras del mundo. Es el sencillo homenaje de aquellos que lucharon, a veces hasta la muerte, por la libertad y una vida digna. Como dijo el poeta John Donne: “Por eso no preguntes por quién tocan las campanas, tocan por ti”.
Puedes seguir leyendo sobre esta ruta por los Pirineos Orientales en Planeta Dunia:
Ruta de “La Retirada” y los Caminos del Exilio republicano hacia Francia.
Escucha el podcast de este viaje por los Pirineos Orientales.
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Documentación y redacción realizada por Ana Isabel Escriche. Fotografías realizadas por Ángel Bigorra.
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