La catedral de Malinas es un templo gótico, sede del arzobispo de Malinas-Bruselas, y una importante atracción turística de la ciudad. El templo es famoso por su impresionante arquitectura, hermosas vidrieras y el famoso carillón de 56 campanas de la Torre de San Rumoldo.
La construcción de la catedral comenzó en el siglo XIV y se completó en el siglo XV. Sus altas bóvedas de crucería y contrafuertes soportan el peso del techo y crean un bonito espacio decorativo. La catedral está abierta todos los días y ofrece visitas guiadas.
Nave de la catedral de Malinas
La nave de la catedral de Malinas está ricamente decorada con una serie de obras de arte notables, incluidas varias pinturas del siglo XV, XVI y XVII, que representan escenas de la vida de Cristo, la vida de los santos y otros temas religiosos.
Otra parte destacada de la colección de arte de la catedral de Malinas son las esculturas que adornan los pilares y arcos de la nave. Algunas de ellas representan escenas bíblicas y santos. Las altas bóvedas de crucería y los arbotantes de la nave son una de las características arquitectónicas importantes que contribuyen a la grandeza y belleza de esta catedral.
Ábside de la catedral de Malinas
El ábside de la catedral de Malinas está decorado con intrincados labrados en piedra y hermosas esculturas. En el ábside destaca un gran rosetón creado en el siglo XV y que está considerado uno de los mejores ejemplos de vidrieras góticas de Bélgica.
Sillería del coro
La sillería del coro de la catedral de Malinas está ricamente decorada con elaboradas tallas y esculturas figurativas y ornamentales. Los artesanos del siglo XV tallaron en madera de roble las piezas que hoy se consideran una obra maestra del arte medieval.
Órgano de la catedral de Malinas
El primer órgano de la catedral de Malinas fue construido en el siglo XVI y era una obra maestra de la organería renacentista. El órgano actual data de 1958 y fue creado según los diseños de Flor Peeters; un consumado organista, compositor y profesor belga, que fue organista de la Catedral de San Rumoldo entre 1929 y 1975.
Vidrieras de la catedral de Malinas
En la catedral de Malinas se conservan unos de los mejores ejemplos de vidrieras medievales de Bélgica. Encontraremos varias vidrieras en la nave de gran tamaño, donde se representan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, así como varias vidrieras más pequeñas en los transeptos y capillas.
Las vidrieras fueron creadas en los siglos XV y XVI, y muchas de ellas han sido cuidadosamente restauradas y conservadas a lo largo de los años. Los ventanales que han conservado las vidrieras originales son un importante ejemplo del arte medieval europeo.
Torre de San Rumoldo
El campanario de la catedral de Malinas es conocido con el nombre de Torre de San Rumoldo. Con sus 97 metros de altura, es el campanario de iglesia más alto de Bélgica y eso que no está acabado. La torre fue construida en varias etapas, comenzando en el siglo XIV y terminando en el siglo XVI.
Cuarto de poleas
La torre está abierta al público y los visitantes pueden subir las escaleras hasta la parte superior de la torre y disfrutar de una vista panorámica de Malinas. La primera sala que encontramos es el cuarto de poleas; una de las estancias importantes del mecanismo de repique de campanas.
Desde el cuarto de poleas se obtiene una curiosa vista del órgano de la catedral de Malinas. Fue construido por el organero francés Aristide Cavaillé-Coll en 1891. Está considerado como uno de los mejores órganos de Bélgica y uno de los órganos de Aristide Cavaillé-Coll más importantes del mundo.
Sala de la forja
La única forma de llegar a la parte superior de la torre de San Rumoldo es subiendo las escaleras. Así que en cada sala encontrarás, cuántos escalones has subido y cuantos te quedan hasta llegar al mirador. En total son 538 escalones y en cada sala encontrarás asiento para coger fuerzas y continuar.
En la sala de la forja es donde en el siglo XVI se fundía el bronce y se vertía en moldes para hacer las campanas de la torre de San Rumoldo. Los hermanos Hemony, famosos fundadores de campanas, eran famosos por su habilidad para fundir campanas grandes y de alta calidad.
Las campanas de la catedral de Malinas, obra maestra de los hermanos Hemony, están consideradas entre las mejores de su época y son apreciadas por su rico y claro tono. A lo largo de los años, se ha llevado a cabo regularmente el mantenimiento y reparación de las campanas en la sala de la forja de la torre de San Rumoldo.
La sala de la forja conserva varias piezas utilizadas en los diferentes trabajos de restauración de la torre. Las aberturas del suelo que encontraremos en cada sala, servían para izar los materiales de construcción a todas las plantas.
Sala de campanas
Las campanas de la torre de San Rumoldo todavía son tocadas a mano por un equipo de campaneros que son miembros del gremio local. Las campanas se tocan en ocasiones especiales, como las fiestas religiosas, y también para los tradicionales conciertos de carillón que se celebran periódicamente en la torre.
Cada campana de la torre de San Rumoldo tiene su propio nombre, a menudo otorgado por la persona u organización que donó la campana. Las seis campanas más grandes (las de tono bajo) de la catedral de Malinas se llaman: Rumoldus, Salvator, Libertus, Magdalena, Karel y Sint-Jean-Berchmans.
Antigua sala del carrillón
En la antigua sala del carrillón era donde se sentaba el carrillonero a tocar las campanas. A pesar de que la sala está cerrada, se puede ver a través de las ventanas. En este pequeño espacio cerrado veremos el teclado o clavier, que la persona encargada del carillón utilizaba para tocar las campanas.
El carrillonero tocaba en una sala abierta rodeada de campanas por todos lados. Las campanas están montadas sobre marcos de madera suspendidos del techo que podremos observar con detalle.
Sala del reloj
En la sala del reloj de la torre de San Rumoldo se encuentra el reloj mecánico responsable del sonido de las campanas que dan las horas. Es un mecanismo complejo que incluye engranajes, ruedas dentadas y está considerado uno de los mecanismos de relojería más interesantes y complejos de Bélgica.
Un gran peso, suspendido de un sistema de cuerdas y poleas, acciona el mecanismo del reloj. Un relojero debe darle cuerda manualmente para mantener el reloj en marcha. La esfera del reloj se encuentra en el exterior de la torre y se puede ver desde la calle.
Sótano de ceniza
La última sala que se visita antes de llegar al mirador es el sótano de ceniza, una construcción posterior al resto de la torre. En este espacio se guardaba el mortero que se utilizaba para la obra. No se sabe con certeza por qué no se terminó la torre, aunque se barajan dos posibles motivos: la falta de recursos financieros o materiales pudo haber impedido la continuación de la obra, o el terreno pantanoso sobre el que se construyó la torre pudo haber provocado que los cimientos comenzaran a hundirse y ladearse, haciendo imposible continuar con la construcción.
El mirador de la Torre de San Rumoldo
Finalizamos nuestra visita al campanario de la catedral gótica de Malinas en su mirador. Desde lo alto de la torre, se puede disfrutar de unas vistas panorámicas de la ciudad y sus alrededores. Si bien la subida al mirador es extenuante, la visita a las diferentes salas y la información que se encuentra en ellas hacen que el esfuerzo tenga su recompensa.
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Documentación y redacción realizada por Ana Isabel Escriche. La fotografía y la postproducción han sido realizadas por Ángel Bigorra.